FERNANDEL
Cuentan que, mientras rodaba en Italia la película “Don Camilo“, solía pasear por los alrededores del plató sin quitarse el disfraz de cura. Un día se le acercó una niña y le pidió una bendición. Sin saber qué decir, Fernandel se excusó:
“Verás, bonita, es que yo no soy un verdadero sacerdote…“. “No hay problema -replicó ella-. Entonces bendiga a mi muñeca, que tampoco es una verdadera niña“.
HERNÁN CASCIARI
En el pasado EBE 2008, El periodista y corresponsal de “El País” Hernán Casciari fue invitado para la Clausura del Evento Blog y cuando se subió al escenario empezó contando una divertida anécdota de como fue dicha invitación.
Hacía unos cuantos meses que le llamó a su casa Luis Rull, uno de los organizadores del Evento, para invitarle a dar la charla final, la que cerraba el Evento Blog 2008. Como Luis es muy previsor, extremadamente previsor, le llamó hace 6 o 7 meses antes, en abril o mayo… Hace mucho tiempo. Y posiblemente lo hizo de ésta manera tan anticipada porque sabe que Casciari forma parte de una clase de gente que únicamente dice que si a las propuestas que son muy remotas. Por lo que explica el periodista:
Yo particularmente digo que si a cualquier cosa, si se me propone de aquí a 6 meses, porque me resulta muy complicado encontrar una excusa. No puedo decir: “Lo siento Luis, dentro de 6 meses me va a doler una muela”. Porque posiblemente no me va a creer, es imposible que nadie me crea, porque estoy programado para la mentira automática.
ANDRÉS MADRIGAL
El Cocinero, de 41 años, y otros siete amigos, se comieron la placenta de su tercera hija, nacida.
“Hice la placenta en reducción de naranja y le eché caramelo y un poco de pimienta para que desapareciera la hiel y el posible sabor a caza, y la trituré. Como un batido”-explica-.“En España no es normal, pero sí en el centro y en el norte de Europa. Tiene muchísimas vitaminas. Y fue algo espiritual”
CARL SANDBURG
En cierta ocasión, le plantearon a este poeta estadounidense del siglo XX una pregunta inquietante: “¿Qué diría si fuera el último hombre sobre la tierra?”. A lo que Sandburg, ingenioso respondió:
“¿Donde está todo el mundo?”
ÁLVARO DE FIGUEROA Y TORRES
El Conde de Romanones (1863-1950) se quejaba continuamente de que oía muy mal, pero no todo su entorno opinaba igual y muchos decían de él que no hay peor sordo que el que no quiere oír. Alguien -suponemos que a voces- le dijo entonces a don Álvaro que en la vida siempre hubo sordos por conveniencia, a lo que el conde respondió:
“No. Palabra que estoy mal. Ya no oigo ni lo que me conviene“.
