Por suerte, acontecimientos como lo de estos días en Internet nos vuelven a recordar la importancia de valorar en qué tipo de pais vivimos y cómo luchar contra ello para sacar adelante el modelo de blogocosa que queremos para todos.
A pesar del esfuerzo loable de unos pocos destacados —suponemos que elegidos por la mano del “Diox de Internet” a lo Antiguo Testamento (¿a ti te han preguntado? ¡a mi no!)— lo cierto es que diez o quince figuras destacadas en el mundo de Internet no son nada para luchar con el elevado nivel de cipotismo de un Ministerio de Cultura regentado por González-Sinde, envenenada por el interés particular y amiga de una industria “cultural” que igualmente habría financiado las campañas de la Santa Inquisición. Sustituyan herejes por “piratas informáticos” y obtendrán el mismo resultado.
Ante una enfrentamiento tan desigualado, sólo cabe una fórmula: aceptar la responsabilidad de ser el representante de casi un millón de Internáutas con los que se comparten, con sus más y sus menos, ideología. Para ello la fórmula es muy sencilla: sentirse preparado, sentarse, centrarse y negociar cambios. Y todos estos puntos no se cumplían, por mucho éxito que suponga el mismo hecho de conseguir dicha reunion.
Asi pues, por muy duras que sean las críticas y por muy oscura que sea la envidia de aquel que no controla la información, en cierto modo tienen razón. Si yo fuera ministro y me tuviera que reunir con unos cuantos representantes de la red, lo último que esperaría es que, en vez de dialogar, se pusieran a escribir tweets delante mía. Os lo explicamos mejor con una viñeta:
Libertad en la red, por supuesto. Pero la egosfera nos ha traicionado de nuevo por su hambre de la medallita 2.0, en vez de mirar por el bien de más de un millón de interesados. No se extrañen si a partir de ahora al decir que usted es bloguero lo confunden con un adolescente enganchado a su Iphone, HTC o similar. ¿Qué hacer con estad actitud en la reunión? Ya saben la nueva opción de sus redes sociales favoritas: el botón “marcado como FAIL”
