Analicemos la segunda parte del anuncio de los cojones:
Coge la niña, con carita angelical le pide dinero al viejo. El viejo que estaba tranquilamente leyendo el marca para ver con alegría y orgullo que el betis ha vuelto a perder el partido del domigo, interrumpe su lectura, se mete la mano en el bolsillo y generosamente le da un euraso a la hija. Seguidamente la niña pone esta cara: