Todos hemos hecho el cafre alguna que otra vez y hemos tirao huevos podridos a la ventana del vecino. Cualquier acto de vandalismo hijoputa, cuando se tiene poca edad, no sólo se convierte en una travesura, sino en un suicidio premeditado a base de alpargatazos. Las madres no tienen contemplación cuando se trata de fomentar nuestra cultura musical (¡te voy a dar con la alpargata hasta que hagas palmas con las orejas!).
En mi caso esto era una dinámica bastante absurda. Yo hacÃa una trastada, mi madre me encerraba en el cuarto tras arrearme en la cula y al salir, vuelta a empezar. Por eso desarrollé un superpoder tras años a la sombra: mentir a mi madre. Esto parece fácil, pero las madres son como los perros pachones, tienen un olfato envidiable para las travesuras. He aquà las 5 grandes mentiras que le he dicho a mi madre y la pobre, ingenua de ella, se las creyó:
- No mamá, te juro que no estaba masturbándome
- ¿Yo fumar porros? ¡Jamás! ¿Qué clase de persona crees que soy?
- Hombre mamá, yo nunca me follarÃa a una tÃa en vuestra cama, ¡por Dios!
- No, ahora tampoco estaba masturbándome
Enga, mamones, soltad por esa boquita, ¡que fiho que también habéis mentido como locos! ¿Cuál es la trola más gorda que le habéis colado a vuestra madre?
Y
o
t
a
m
b
i
e
n
l
0
s
continuara…