ELIZABETH TAYLOR
La estrella de Hollywood siempre ha estado muy obsesionada con el paso del tiempo y los efectos de éste en su espectacular físico. Una vez dijo:
“Si Dios he decidido que las mujeres tengamos arrugas, ¿por qué no en las plantas de los pies?”.
Hoy vamos a hablar de un mito que es muy difícil no creer… Los Hombres de Negro. Primero, como ya es costumbre y pesadez… Veámos la definición de nuestra querida Wikipedia:
Los Hombres de Negro (o Men in Black, MIB) serían, según la tradición contemporánea más popular y la especulación de algunos grupos creyentes en el fenómeno extraterrestre, presuntos agentes secretos gubernamentales o extragubernamentales encargados de ayudar a ocultar una hipotética presencia extraterrestre en la tierra. Los Hombres de Negro tendrían como función confundir o amedrentar a investigadores y testigos de OVNIs y visitantes extraterrestres, además de confiscar supuestas evidencias de presencia alienígena, con el propósito de preservar del conocimiento público las visitas de extraterrestres a nuestro planeta.
Pues si… Todo el mundo (o casi todo) ha visto la peli de Will Smith, pero ¿de verdad habéis oído hablar de estos tipos? Pues la información que nos brinda la Wikipedia no está muy mal, la verdad.
Estos MIB Visten impecables trajes negros, Su piel es oscura, o bien muy pálida, siendo sus rasgos faciales vagamente orientales. Voz atiplada, o de resonancia metálica y corteses pero amenazantes. Aunque esta descripción me parece un tanto de fábula, la verdad.
Vamos la cosa es esta, los MIB son unos tios que visitan a los que ha tenido avistamientos de algún tipo (refiriendonos a alienígeneas) y los convencen para que no suelten prenda. Ahora usad vuestra imaginación:
Les borran la meoria – Ya que conocen metodos extraterrestes y la tecnología necesaria adquirida de contactos con estos seres. Los amenazan – Amenazan a su familia y seres queridos y con ponerles un maratón de Los Vigilantes de la Playa a cámara superlenta. Les pagan un pastón – Sería lo más cómodo y explicaría el porqué todo el mundo dice haber visto un O.V.N.I.
Yo que sé, está claro que si un día llaman a tu puerta dos notas vestíos de negros no les habras la puerta, porque quizá puedan ser Hombres de Negro… O lo que es peor, testígos de Jehová. XD
Y bueno… Ahora le toca el turno al rey de la comedia o más bien diría, El Príncipe de Bel-Air.
The Fresh Prince of Bel-Air (El Príncipe de Bel-Air en España) fue una comedia estadounidense producida por la cadena NBC y emitida entre 1990 y 1996. Está protagonizada por Will Smith quien interpretaba a un muchacho de Philadelphia que es enviado a vivir con sus parientes ricos de Bel-Air en Los Ángeles. Su tío Philip Banks es un abogado (posteriormente juez) que vive en una mansión con su esposa Vivian y sus tres hijos Hillary, Carlton y Ashley, y también con su mayordomo Geoffrey.Con la llegada de Will, la familia se ve metida cada día en problemas por la culpa de él. A Will le encanta meterse con Carlton, que viene siendo un “niño de papá” y de baja estatura. El mejor amigo de Will es Jazz, un muchacho pobre. Se produjeron 148 episodios en seis temporadas.
Aunque ya lo he dicho con otras series, El Príncipe de Bel-Air es una de mis series preferidas… Me parto la caja con las historias y situaciones que se les presentan a los personajes, aunque como es habitual en este tipo de series siempre hay un final moralista que a mi personalemente me da tela de coraje.
La serie catapultó a la fama a Will Smith, quien hoy en día no es raro oir su nombre en una superproducción de Hollywood. Os dejo con el primer capítulo de la 1ª Temporada de ésta sensacional serie:
JACK K. WARNER
Cuentan que la actriz Bette Davis, estaba tan indignada con un guión que entró en la oficina de Jack K. Warner (cofundador de Warner Brothers) sin tener en cuenta que era la hora de la siesta del productor cinematográfico y que era sagrada para él. Bette despotricaba y despotricaba mientras Warner, con un ojo aún cerrado, llamó a su secretaria por teléfono y le dijo:
Venga y despiérteme. Tengo una pesadilla
La actriz no pudo menos que echarse a reír y la crisis se solventó poco después.
