La verdad es que siempre me ha gustado el cine de terror, sobre todo por cómo pintan al malo malísimo, desde Nosferatu hasta Alien, un malo bien hecho da miedito, que es de lo que se trata.
Claro que cualquiera de éstos se queda en bragas comparado con el/la “ex”.
Ha pasado el tiempo, qué bonito fue todo, qué bien que follábamos o al menos eso te decía, bla bla bla, y de repente te ecuentras con que esa persona adorable por la que antes recibir un puto oso de peluche como regalo te parecía bonito, se ha vuelto una arpía, perra, mala mala maaaala persona que, además sabe todos tus trapos sucios.