Hablando con el recién emancipado Cain (hijoputa, a ver si te invitas a una birra en tu piso, perraca!!), me cuenta que ya ha hecho su primera colada (y no ha explotao).
Y he aquí que nace una reflexión sobre la legendaria y mítica batalla del hombre (entendamos por ello varón) contra ese extraño instrumento : la lavadora.
La verdad es que la primera dificultad nace en el rollo de los detergentes. Resulta que (no os lo vais a creer), uno va al mercadona o al carreful a comprarlo y se encuentra con que hay cientos de tipos para ropa blanca, de color, especial negro como el sobaco de un grillo, lana, ropa delicá, frecor primavera, olor jabón de marsella, campo verde, chumino de hada y oso amoroso.
Realmente el hombre tiene sólo 2 prendas : pantalonvaquero (así todo junto) y camisetamangacorta (igualmente), luego ahí la primera putada.
No pasa na, tó controlao, despues de varios intentos, de camisetas XXL que pasan a ser XS, de sábanas tiesas que se tienen en pie solas y demas aventuras, el hombre (ahora ya homo facem colada ibericus), simplifica en 2 grandes grupos.
Ropa color, ropa blanca. Sacabó, chimpón.
Peeeeero ete aquí que llegado el momento de vivir en pareja, se incluyen en el bombo de la ropa sucia extraños elementos de colores inexistentes al ojo masculino (pistacho, caldera, caqui, etc.) y texturas sorprendentes.
Forzando sus capacidades perceptivas, el hombre intenta de nuevo separar por colores, sin contar con la capacidad mimética del mini tanga rojo rojo rojo que, tan pequeñito él, se esconde entre los resquicios de algún vaquero, camiseta o sábana blanca nivea virgen.
Vivir con tu churri, es lo que tiene, que la diversión está asegurada, y que el color de tus prendas se vuelve bastante mas… primaveral.
Como dice la canción : toooooodo es de coloooooooooooorrr !!!
