El pasado fin de semana asistí junto con Azulita a la primera jornada de los tres días del Festival de Cortos Ciudad de Gines, Gines en Corto . La muestra estuvo bien. Había cortos de todo tipo: profesionales, amateurs; con grandes presupuestos y realizados con cuatro duros; serios y humorísticos; imagen real y animación; buenos a más no poder y malos como para darle una patada en la boca a su director. Y todas estas variables, según el corto, combinadas de diferentes maneras. Pero lo que más me sorprendió fue la metedura de pata que cometieron los organizadores del festival incluyendo el cortometraje Chokopulpitos en la sesión infantil.
El cortometraje Chokopulpitos es una pasada técnica. Combina stop motion con animación 3D, imagen real y todo a un ritmo frenético, loco y divertido. Hasta ahí bien para que estuviera en la sesión infantil. El problema es que este corto de animación es irreverente (¡coño, como flapa!), tiene mala leche, mucha crítica al mundo de la televisión, los anuncios y la mierda de alimentos que tomamos. Además es escatológico y el lenguaje que usan incluye palabrotas importantes (como cabrón o hijo de puta, infinitas veces) que evidentemente no corresponden con ninguna sesión infantil. He aqui el trailer:
A mi, flapero andante, el corto me encantó. Me parece que está pensado, creado y llevado a cabo de una manera magistral. Y ese mensaje cargadito de mala leche y bastante verdad cala bien en el público adulto con el edulcorante de la animación en plastilina. Ahora bien, para un público infantil no es. Sin duda el fail del festival.
Pero esto no es nuevo. La tendencia a pensar que todo lo que tiene muñequitos, plastilina, animación 3D y similar es para niños está más extendida de la cuenta. Creo que se notó en el ambiente cierto disgusto por parte del público que había llevado a sus hijos a la muestra.
Una de cal y otra de arena. A pesar de este importante gambaso, el festival estuvo de lujo y la idea es muy buena para fomentar la producción de cortos a nivel local e incluso nacional.
