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Bizarro

Si hay alguien tan enfermo como yo que le ha molado esta PUTA BIZARRADA, que no se pierda RETARD-O-TRON. Sólo para paladares exquisitos.

Lo siento, hoy me he levandao asín de raro, digono

Baila enano, baila

De todos es ya sabido mi afición por las bizarradas y como hacía mucho que no publicaba ninguna, aquí tenéis una que ha hecho que me parta todo el ojete. Y por si fuera poco, tiene también algo de Indian Movie. ¿Qué más se puede pedir…?

ah sí, podría pedir que al etiquetar este post como “cine indio” lleguen un montón de gafapastas y se les quede la boca tó partía al darle al play. Cuánto ansío ser omnisciente omnipresente para ver todos esos momentos, ains

Sevici: Vamos contigo

Una bicicleta de Sevici en mi cocina

Sevici. Vamos contigo. Y nunca mejor dicho, vaya.

Acabo de llegar a casa después de una larga noche de #twittmuseo, una quedada de twitter Sevilla. Lamentablemente ni tengo coche ni tengo moto (sí, soy un puto estudiante y currante de 27 años que no tiene ni el carnet, yo soy asín), por lo que normalmente para volver a casa siempre uso una bicicleta de Sevici.

La bicicleta que véis la recogí en La Macarena, era la única que quedaba en la estación (aro, normal, luego entendí por qué). Costó trabajito sacarla, no digo yo que no. Pero al menos tenía las dos ruedas infladas, hecho ya de por sí bastante inusual en este servicio de bicicletas.

Cuál fue mi sorpresa que al llegar a una estación de mi barrio no era capaz de meterla en el pivotito correspondiente, para irme a mi casa como está mandao. Y mi sorpresa fue todavía mayor cuando no fui capaz de dejarla en ningún pivotito de la estación. Ni en el de esa estación, ni en ninguno de los pivotitos de otras dos estaciones más en las que probé suerte. Y además, como es lógico, intenté contactar con el servicio de atención telefónica de Sevici, pero era imposible. No prestan servicio hasta las 9 de la mañana.

Pues nada, señores de Sevici. Aquí tienen la bicicleta. Por lo menos he tenido la decencia de no dejarla tirada en mitad de la calle. Cuando quieran, vienen a recogerla, porque por mis santos cojones que después de 45 minutos intentando “aparcarla” esta noche (y ahora son las 5:45 de la mañana) no pienso dar una pedalá de más.