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¡Qué ganas me entran!



Illo, yo no se ustedes, pero es que yo, cada vez que veo a un niño Jesús, me entran ganas de dos cosas.

La primera, la evidente, la que seguro que a todos os entran, las ganas gordas y de cualquier persona normá es que, cuando se ve “ar niño Jesú” (llamémosle “jesulillu”), con los dos deos ajín, como haciendo er signo de victoria, po sin sabé porqué a todos nos entran ganas de ponerle un casho porro en esos dos deos. Illloooooo, cohoneeee que parece que lo hacéis a postas coño. Yo tengo un shurumbé de la edad de “jesulillu” y te juro que nunca pone los deos ajín.

Totá, que toma fotomontaje shungo y toma ar niño jesú con er porro.

niño_jesus_porro

Hasta ahí es normá, ¿no?, vale, po hay otra cosa que que me entran unas ganas horrorosas, y que seguramente sea cosa mía, pero es que cuando veo un portá de belén y veo ar San José ahí to abrigao, y la virgen María también to tapaita, ahi, ahi, muuu bien, con dos cohone, ole, ustedes tapaítos, y er niño en pelotas.

Virgensitaaa, Virgensitaaaa ponle un chaleco ar niño, ¿no? un chalequillo por lo menos no María, que luego le tiés que dá jarabe y te mosqueas porque er niño “jesulillu” no quiere. PONLE UN CHALECO HIJA

niño_jesus_chaleco

¿Ese chaleco le vas a poné? Déjalo hija, Déjalo. Ofu qué plan

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