Sevici. Vamos contigo. Y nunca mejor dicho, vaya.
Acabo de llegar a casa después de una larga noche de #twittmuseo, una quedada de twitter Sevilla. Lamentablemente ni tengo coche ni tengo moto (sÃ, soy un puto estudiante y currante de 27 años que no tiene ni el carnet, yo soy asÃn), por lo que normalmente para volver a casa siempre uso una bicicleta de Sevici.
La bicicleta que véis la recogà en La Macarena, era la única que quedaba en la estación (aro, normal, luego entendà por qué). Costó trabajito sacarla, no digo yo que no. Pero al menos tenÃa las dos ruedas infladas, hecho ya de por sà bastante inusual en este servicio de bicicletas.
Cuál fue mi sorpresa que al llegar a una estación de mi barrio no era capaz de meterla en el pivotito correspondiente, para irme a mi casa como está mandao. Y mi sorpresa fue todavÃa mayor cuando no fui capaz de dejarla en ningún pivotito de la estación. Ni en el de esa estación, ni en ninguno de los pivotitos de otras dos estaciones más en las que probé suerte. Y además, como es lógico, intenté contactar con el servicio de atención telefónica de Sevici, pero era imposible. No prestan servicio hasta las 9 de la mañana.
Pues nada, señores de Sevici. Aquà tienen la bicicleta. Por lo menos he tenido la decencia de no dejarla tirada en mitad de la calle. Cuando quieran, vienen a recogerla, porque por mis santos cojones que después de 45 minutos intentando “aparcarla” esta noche (y ahora son las 5:45 de la mañana) no pienso dar una pedalá de más.
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