Con un temita que nos traemos entre manos en flapa, he tirado de álbum de fotos y me he encontrado con algo que no veÃa desde hacÃa muuucho tiempo y que me ha trastornado profundamente.
Vamos, que me he tenÃo que meter en la ducha en posición fetal a darme cabezazos contra los azulejos… nana mala, nana maaaaaalaaaa…
Os cuento :
CorrÃa el año 1989, y yo er uno de esos felices y apalizables niños que coleccionaban estampitas.
Mi mejor y mayor colección, mi favorita del mundo mundial, era una que sacaron de personajes de cómic (ahà creo yo que estuvo el germen de mi enfermedad de leer tebeos compulsivamente).
Eran un monntonnn de estampitas y, la última que me faltaba, lo recordaré SIEMPRE, era la de los Zipiy Zape.
… Y ese dÃa me tocó !!! Estaba que me salÃa de la pelleja, la puse en mi cuarto en el estante para admirarla antes de pegarla en el álbum, me faltaron ponerle dos velitas..Hasta que llegó ELLA.
Si amigüitos, esa enana de la foto que sostiene en su mano la estapita de Zipiy Zape es Lilith, que entró en mi cuarto atraÃda por esa famosa ley que hace que los hermanos pequeños tiendan a destrozar las cosas mas queridas por sus hermanos mayores.El caso es que mis viejos querÃan hecerle una foto y la cabrona no se paraba, asà que le dejaron la estampita “para que se estuviese quieta” el tiempo de la foto.
Podeis imaginar que, detrás de la cámara, detrás de mi madre, ahà estaba yo, brazo extendido en pose de pelÃcula, gritando “NOOooOOoOOoO!!!“, porque justo al hacer la foto, Lilith cogió sus manitas, estiró y… RRISSS !! Partió la estampita en dos.
Asà que os dejo, que para hacer este post he tenÃo que ver la foto otra vez y me voy a la ducha a darme cabezazos mientras llamo al psiquiátrico para que me vuelvan a dar habitación… nana mala, nana maaalaaaaa…