El pasado 19 de marzo celebramos el dÃa del padre. Como casi todo en Internet, la principal reseña del dÃa dejó su huella en los diferentes blogs y redes sociales (Facebook, Twitter, Flickr, Mojoner, etc). Y lo que más me flipó es la cantidad de personas a-list y gurús de esto de las redes sociales que subieron fotografÃas de sus crÃos (algunos, de meses) para exhibirlos a amigos, conocidos, desconocidos y —no me sean ingenuos— enfermos mentales.
SÃ, sÃ, realmente curioso. Esos mismos a los que leemos constantemente que el uso de las redes sociales requiere un aprendizaje; esos mismos maestros que nos explican que Internet es como la calle y “no enseñes algo en Internet que no le enseñarÃas a desconocidos“; esos mismos que se enfadan cuando Facebook amenaza con acaparar todas sus fotos. Pues esos mismos que todo lo saben, ahà los tenÃamos regalando las fotos de menores de edad —peor aún:sus hijos— a cualquier amigo o mente enferma que se pasara por su Twitter (o TwitPic) sin privacidad alguna. Si tienen dudas repasen las actualizaciones de sus Ãdolos el 19 de marzo y otendran la respuesta.
Esta falta de criterio y contradicción profesional-paternal a mi me recueda a esos padres horteras que llevan la foto de su hijo en una camiseta. ¡Oh, cultura cañà y mojonera herencia norteamericana, divino tesoro!
En resumidas cuentas lo que viene a significar todo esto que estos pintamonas a los que leéis y amáis cada dÃa se saben de memoria el discurso prefabricado (como cuaquiera que tenga Internet desde hace años), lo que no implica que sepan actuar en consecuencia.
Conclusión: dejen de leer a estos mamahostias de dudoso criterio que no paran de soltarles el discurso vacÃo para obtener el beneficio de sus chupaditas de pene y destinen ese tiempo a leer flapa, donde nuestros lectores cuentan con el valor añadido de saber a ciencia cierta que los autores de este blog no tienen criterio ninguno.